La democracia deliberativa ofrece el potencial para mejorar la democracia, pero también crea desafíos que requieren un cambio tanto de proceso como de cultura.
Este informe no posiciona a la democracia deliberativa como un reemplazo de la democracia representativa, sino como una forma de hacer que la democracia representativa sea más abierta, accesible, fiable y eficaz.
Este informe propone que los organismos públicos reconozcan que la participación y la deliberación son aspectos dentro un marco democrático más amplio, y debe incorporar estos enfoques de manera oportuna.
Se necesita investigación para mostrar cómo, dónde y cuándo se pueden utilizar las iniciativas deliberativas, y se necesita trabajar codificar su propósito y uso dentro de los marcos democráticos, reconociendo la rica diversidad de culturas y procesos en los estados miembros del Consejo de Europa.
Incluye una lista de verificación para profesionales y una lista de ejemplos de iniciativas innovadoras de toda Europa.
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